Nuestros hogares son cada vez más inteligentes gracias a la combinación ganadora de domótica e Internet de las cosas (IoT). Entre los muchos beneficios que se obtienen, los nuevos desarrollos tecnológicos hacen que los hogares sean más accesibles y fáciles de usar para las personas con discapacidad y las personas mayores, devolviéndoles su autonomía y libertad, con una mejora significativa de su calidad de vida. Pero, ¿qué innovaciones puede ofrecer el hogar inteligente a los discapacitados?

La expresión "Hogar Inteligente", o "Smart Home", se está convirtiendo en una palabra de moda, pero hay muchas personas que no tienen del todo claro qué significa exactamente. Una casa puede definirse como inteligente cuando está equipada con una red Wi-Fi que es capaz de conectar varios sensores, tecnologías y dispositivos y permitir que interactúen entre sí, haciéndolos así manejables a distancia.

En el contexto de los servicios para discapacitados, la casa inteligente ayuda a derribar una serie de barreras que constituyen un obstáculo para las personas con movilidad reducida o deteriorada, permitiéndoles vivir en su entorno doméstico con independencia, comodidad y seguridad.

Las tecnologías del hogar inteligente que ayudan a los discapacitados pueden dividirse en tres macro áreas. Existe una amplia gama de soluciones. Por ejemplo, existen:

• Dispositivos especialmente diseñados para la autonomía que permiten a las personas con problemas de movilidad desplazarse y gestionar su entorno doméstico de forma independiente, sin necesidad de contar con la ayuda de otras personas.
   

• Tecnologías de seguridad diseñadas para personas mayores o con discapacidades cognitivas, dificultades que a menudo imposibilitan el control directo de los dispositivos.
   

• Dispositivos como los sistemas de ayuda robótica para la movilidad en interiores, la asistencia al movimiento o la rehabilitación física.
   

• Dispositivos de vigilancia de la salud que comprueban continuamente los parámetros vitales de la persona o realizan controles a distancia o inspecciones por vídeo.
  

El primer paso en la creación de un hogar inteligente para personas con discapacidad consiste en el correcto diseño ergonómico de todos los espacios domésticos, con el objetivo de eliminar cualquier barrera arquitectónica, así como mobiliario de fácil uso que ofrezcan una solución fiable a las necesidades específicas del usuario.

En general, el entorno doméstico debe ser capaz de garantizar:
 

• La automatización de los accesos exteriores con sistemas de apertura y cierre sin llave.
  
  
• El control automático de componentes como la iluminación, ventanas y persianas.
  
  
• La supervisión de accesos, mediante el uso de sistemas de vídeo e intercomunicación.
  
  
• Puertas interiores equipadas con sistemas de apertura y cierre automáticos.
  
  
• Comandos de voz para la automatización del hogar.
  
  
• Sistemas de video vigilancia a distancia.
  
  
• Control automático de la temperatura de todos los espacios domésticos.
  
  
• Dotación de detectores y sensores de seguridad para intervenir de forma activa ante peligros como fugas de gas, presencia de monóxido de carbono, pequeños incendios o inundaciones.
  
  
• Alarmas pasivas que alertan al cuidador de la persona discapacitada de posibles intrusos.
  
  
• Gestión de la asistencia, con dispositivos de aviso para enviar una llamada de socorro, por medio de botones especiales de emergencia.
  
  

La combinación de estos componentes tecnológicos permite crear un entorno doméstico inclusivo, funcional que responde plenamente a las necesidades de la persona discapacitada, que puede así disfrutar de un aumento de la autonomía y, en consecuencia, de su nivel de libertad.

Los beneficios resultantes también tienen un impacto positivo en las necesidades de atención, reduciendo la carga de trabajo de los familiares y cuidadores en general de las personas con discapacidad.

Con el paso de los años, la investigación y las innovaciones han evolucionado para que las personas afectadas por discapacidades puedan disfrutar de la vida con más independencia y comodidad. En un contexto que cambia continuamente, las tecnologías de asistencia se personalizan cada vez más en función del estado clínico de la persona. Las decisiones tecnológicas que toma el diseñador de una casa inteligente surgen de una estrecha colaboración no sólo con la familia de la persona discapacitada, sino también con los especialistas médicos que la atienden. Así, el diseñador conoce de antemano el estado y la posible evolución de la patología que padece el usuario y, por lo tanto, aplica soluciones optimizadas en función de las capacidades residuales y de las habilidades que pueda recuperar en el futuro.

De esta forma, el hogar inteligente puede adaptarse con precisión a las necesidades de la persona discapacitada, que podrá disfrutar de un alto nivel de interacción con su entorno doméstico.

El futuro del hogar inteligente para discapacitados se muestra muy prometedor. No sólo los comandos de voz pueden activar las funciones del hogar inteligente.